El sindicato del vicio

domingo, 27 de noviembre de 2011

ESA VIEJA MISTICA SETENTISTA

JUANE ACOSTA

La música nos junto allá por el...( jajaja.. como me encanta decir esto...) siglo pasado... que según el tango era un kambalache...la parva de hippies idealistas por un mundo mejor, mas comprometido con la naturaleza y la vida en paz empezaba a inyectar esa pasión en todos los suburbios de la madre tierra,y la actividad cultural iba mostrando un mundo nuevo y nosotros no fuimos menos.. a pesar de los otros idealistas de ese mundo para unos pocos...hicimos música juntos , los camino se bifurcaron.. y nuevamente la música nos ilumino el reencuentro... esto que van a disfrutar ..se lo pedí "robado" de su blog..
            www.juane-juane.blogspot.com 
 ...son pocos los músicos que mantienen esa frescura del verdadero rock argento, en sus melodías...esa es la vieja mística setentista.. porque al escucharlo ese retroviaje que me provoco... fue inparable e impagable...





ADELANTE






 QUIEN DIRÍA



Hoy estoy aquí, con otra ilusión
no es casualidad que me sienta bien
si sé que estás ahí, escuchándome
ingresando en mí, calmándome.

Hoy, igual que ayer, puedo sostener
que algo en mi interior renueva mi ser.
Esta es la historia, no es difícil creer
que algo puede andar mejor.

Estamos aquí, bajo un mismo sol
sólo es necesario una reflexión.
Esta es la historia, no es difícil creer
que algo puede andar mejor.


Autor: Juan Eduardo Acosta






ROCK DE MI BARRIO



Esta canción la escribí para tener siempre presente a algunas personas de Granadero Baigorria, que allá por la década del 70 hicieron de mi adolescencia algo muy especial.

Anoche estaba solo en mi casa
pensando en personajes del ayer
y estos son los que de alguna forma
marcaron en mi vida lo mejor
de una niñez y adolescencia que nunca olvidaré.

El loco Facio y su Fíat 1500,
Canario con su gente en el club
y en la plaza, García el violinista
con su pipa y su bondad.
El Chino, Sapo, Pepi y los Adúes andaban por ahí.

El párroco escapaba de la iglesia
a refugiarse en cartas y en licor
Chumino, Berto y todos sus secuaces.
Era solo disfrutar
y en el taller de Chufo, mucho asado y vino a granel.

La barra de Pepona y su existencia
es lo mejor que pude conocer
a través de las historias fascinantes 
de un amigo que está aquí,
el Ronco estará en mí siempre presente
el tipo es genial.